Muchos de los usuarios de Apple están a la expectativa de un nuevo iPhone el 2014, incluso mucho de los consumidores, no se atreven a comprar el iPhone 5s por que prefieren esperar un poco de tiempo adicional para comprar un nuevo y reluciente dispositivo, que seguramente será mucho mejor que la versión anterior.
Estudiando un poco la historia de Apple, se puede notar que a lo largo del tiempo Apple a mantenido un comportamiento constante con respecto a los lanzamiento de los iPhone. Inicialmente saca un modelo del iPhone, bastante innovador y pionero en el mercado, para el año siguiente sacar una versión que mejora los defectos de la versión anterior e incluye ciertas características nuevas (cómo sucede con el iPhone 3Gs, 4s y 5s)
En vista de este comportamiento sostenido por parte de Apple, los consumidores han adoptado una tendencia de comprar un nuevo iPhone cada dos años, esto debido a que si remplazan el dispositivo en este período de tiempo, podrán disfrutar de la compra de su dispositivo actual y además al comprar el nuevo dispositivo sentirán la diferencia. Los consumidores que cambian de dispositivo en periodos consecutivos de tiempo, tienden a no ver la diferencia entre los dispositivos.
El problema es que en el 2013, Apple rompió con su propio paradigma que estuvo llevando durante varios años, ya que en el año de sacar una mejora del iPhone del periodo anterior, terminó sacando al mercado un iPhone 5s con un nuevo procesador, sensor de huella digital y muchas otras características que son más que una mejoría del iPhone 5.
Ya después de haber contextualizado los puntos importantes, el iPhone 6 inminentemente saldrá al mercado en otoño del 2014 por diversas razones. Primero, el lanzamiento al mercado del Samsung Galaxy S5 que trajo grandes funcionalidades que si Apple no da respuesta inmediata podría ser aplastado por la competencia. Segundo, debido a la presión por parte de los consumidores, que durante varios años están esperando grandes productos que revolucionen el estilo de vida de los consumidores. Y por último, porque es vital un nuevo dispositivo, para que se pueda generar una integración que funcione con el futuro iWatch.
En definitiva, las consecuencias de que Apple no lance al mercado un iPhone 6 durante el 2014 son catastróficas: perdería una gran cuota de mercado, sus ventas caerían notablemente, varios proyectos que cuentan con un requerimiento mayor de funcionalidad de los iDevices se paralizarían, entre otros. Al contrario, Apple durante el 2014, debe lanzar al mercado una mayor cantidad de productos, debe diversificar su oferta para satisfacer necesidades puntuales de los consumidores y de esta manera ganar una cuota del mercado.
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